El territorio ofrece posiblidades de socialización y generador de actividades, vinculadas en la relación respetuosa del hombre con la naturaleza, reflexionando sobre la forma de habitar estos espaciós y como se puede organizar la vida en ellos, abandonando la idea fundada de convivencia en ciudad, y todos los servicios que esta nos ofrece, pero que en esencia no son necesarios para generar convivencia y vida, como así quedo reflejado en la historia de este asentamiento.
En un entorno cada vez menos social, hay que plantearse el reto de nuevas formas de habitat colectivo, así como la reflexion del concepto familia y vivienda.
Tras visita al lugar, las primeras sensaciones que uno experimente, es como si el tiempo se hubiera retenido, y aquí no existe vida. Sin embargo cuando me acerco a las ruinas, y me introduzco en ellas, empiezo a ver en este lugar como se ha desarrollado la actividad humana y social, sin necesidad de todos los artilugios superfluos que disponemos actualmente, y sin tener una organización maquinista de ciudad, donde se están olvidando las esencias de poblado y relaciones sociales, que el hombre siempre ha tenido a lo largo de su historia.
El entorno es sorprendente por las posibidades que presenta, al estar situado en un enclave dominante,estando elevado y protegido por la orografia del terreno. El rio, es un fuerte potenciador de vida en el lugar, donde aún hoy en día se aprovecha estos recursos para los cultivos, pero sin embargo la población se dispone distante a este lugar, y unicamente se ocupa de forma esporádica por agrupaciones humanas para generar actividades de ocio y deporte, como senderismo, rutas de bicicleta, motocilismo,etc.., elegido supuestamente por el encanto de lugar y la atraccion de este hacia el hombre, pero sin embargo nadie lo habita de forma permantente. Esta contradicción me lleva a meditar y pensar sobre los valores fundamentales de la vida humana en relación con el entorno y su sociedad.
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